lunes, 19 de marzo de 2012

Un mazazo contra la escuela pública en la Ciudad

Macri quiere cerrar 220 cursos

El Gobierno de la Ciudad anunció que pondría en práctica una ordenanza de la época de Grosso, la cual indica que para abrir un curso es necesaria una matrícula mínima de veinte alumnos. Con este criterio, anunció una “primera etapa” de cierre de cursos, en base a la matrícula de 2011.

Los docentes interinos y suplentes quedan en la calle. En ciertos casos, escuelas con sólo un curso ponen en riesgo su continuidad como establecimientos. Hay rumores en las escuelas de que sus predios podrían ser vendidos por ocupar terrenos valiosos -algo que no sería sorprendente teniendo en cuenta la reciente votación legislativa de Macri y el kirchnerismo que transforma el polideportivo del Normal 3 en un patio de comidas.

Se trata de un mazazo a la escuela pública, con una intención claramente privatista. La privatización educativa avanza en la Ciudad, de la mano de los subsidios, los que llegan ya a los 1.500 millones de pesos anuales.

El gobierno argumenta la baja matrícula. La escuela pública pierde concurrentes, de un lado por el subsidio a la privada y de otro por la deserción, la que alcanza niveles fabulosos. El 40 por ciento de los chicos que termina séptimo grado no llega a quinto año. La deserción récord es responsabilidad del Estado, que sostiene becas congeladas de 200 pesos mensuales (absolutamente insuficientes). El gobierno recorta los micros escolares e impide la concurrencia de los pibes de las barriadas a la escuela, mientras cierra cursos por baja matrícula -algo que puso en evidencia el corte en la Villa 31, en el que los padres reclamaban el traslado a escuelas de Belgrano, donde el Gobierno pretende cerrar cursos.

Toda la política de Macri, en acuerdo con los K de la Legislatura, desarrolla la polarización social de la Ciudad en la educación y la privatización educativa.

Los opinólogos de toda especie atribuyen este fenómeno a la “cultura privatista” de la clase media porteña. Está claro, en cambio, que es el resultado de la política capitalista en la educación, por un lado, y que es un problema nacional, por otro. Las primarias del Estado tienen hoy 230.000 estudiantes menos en todo el país que en el año 2003.

Por el contrario, los trabajadores -e incluso la clase media- pagan los platos rotos de esta política, tanto si concurren a la vapuleada escuela estatal, como si ven confiscada una parte de sus ingresos para ir a las escuelas privadas. La privatización educativa implica el desmembramiento de la escuela pública, combinado con la aplicación, a la misma, de criterios privatistas. Macri viene de pegarle un golpe al estatuto del docente cuando colocó los nombramientos docentes en manos del Gobierno y no de las juntas de clasificación electas. El cierre de cursos también apunta en este sentido, dado que subordina la estabilidad de los docentes a las oscilaciones de la matrícula (el Gobierno sostiene que “se juntan veinte chicos, se abre un curso…”). En esto también, Macri se pone en línea con el ataque de Cristina a los docentes (cuestionando que “tienen estabilidad”).

En paralelo, el gobierno anunció una línea de “evaluación” de los docentes, con notas en el cuaderno de actuación y registro de clases: un avance mas hacia el salario “por eficiencia” que pretende implementar.

La reacción docente

Frente a este ataque, se desarrolló una reacción, combinada con la indignación contra el aumento de miseria (20 por ciento en cuotas, avalado por UTE) y contra el discurso presidencial que atacó a los docentes.

El martes 6, con el paro nacional, se movilizó una fuerte columna con Ademys. UTE convocó el jueves, intentando dividir la movilización, pero nuevamente Ademys y las asambleas distritales se movilizaron ese día. El lunes 12, en decenas de escuelas se realizaron cortes, asambleas y actividades contra el cierre. Hay escuelas donde los padres han montado guardias para no dejar entrar a las supervisiones. Se realizaron, en varios casos, movilizaciones a las supervisiones. Los padres de los distritos de Paternal y Palermo picaron en punta y armaron una coordinación de padres en defensa de la escuela pública. Los estudiantes se movilizaron con los docentes para frenar el ataque.

UTE está a la retranca. Carga con el acuerdo salarial cerrado con Macri y con toda clase de acuerdos desde la aprobación de la Ley que elimina las Juntas. La Celeste sigue colgada de las faldas del Gobierno Nacional -el cual ataca a los docentes y la educación pública- y no está dispuesta, bajo ningún punto de vista, a una lucha en regla contra Macri que alimente la rebelión docente nacional.

Tribuna Docente plantea -y milita por- desarrollar la movilización escuela por escuela, con un programa y un planteo general: contra el cierre de cursos, por la titularización de los interinos, por las becas y apoyando los reclamos de los padres contra el retiro de los micros escolares, contra el subsidio a la educación privada, en defensa del salario, el estatuto y las condiciones de trabajo de los docentes.

Juan García

No hay comentarios: